La prevención es clave para evitar la aparición de las úlceras, las recidivas y, en última instancia, las amputaciones. Algunas recomendaciones son
- Estilo de vida saludable
- Adecuado control glucémico y de otros factores asociados
- Alimentación baja en azúcares y grasas
- Actividad física al menos 3 veces por semana
- Evitar tabaco y alcohol
- Educación terapéutica:
- Cuidados generales y medidas específicas su control
- Autocuidado de los pies: higiene/ inspección/exploración diaria de los pies, calzado y complementos adecuados, alivio de la presión (calzado terapéutico, ortesis)
- Autoexploración
- Detección precoz
- Vigilar cualquier manifestación que pueda suponer el desarrollo de lesiones
- El cribado al menos 1 vez al año, permite la detección y tratamiento precoz
- Tratamiento por un especialista de patologías no ulcerosas callos e hiperqueratosis plantar, patología de uñas y piel, deformidades
Integrar la exploración del pie y la educación terapéutica para el autocuidado, debe ser una prioridad en la atención sanitaria en las personas con diabetes.
Hidrata y calma la piel sensibilizada, mejora la circulación sanguínea y el aporte de oxigeno a los tejidos y estimula el sistema inmunitario cutáneo. Su efecto reparador y regenerador, mejora el estado de la barrera cutánea, para conseguir mantener en óptimas condiciones la piel y microcirculación sanguínea.
Para una higiene diaria, su uso favorece un efecto higienizante, hidratante y antioxidante. Limpian suavemente hidratando la piel y ayudando a restablecer la función barrera.
Otorga un efecto emoliente, hidratante y reparador desde la primera aplicación. Su efecto oxigenante, favorece la reactivación sanguínea de la zona. Protege y fortalece la función barrera de la piel.
A continuación, os dejamos las infografías sobre:
Higiene y cuidado del pie del paciente diabético
Eficacia del Aceite ozonizado para el cuidado de la piel del paciente diabético
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